Gas

Criterios para conseguir eficiencia energética en instalaciones abastecidas con gas

La eficiencia energética en las instalaciones de gas es uno de los retos que se plantean muchas comunidades de propietarios que usan este combustible para disponer de calefacción y agua caliente sanitaria en sus hogares. Lograrlo implica tener en cuenta unos consejos  básicos de utilización, así como los requisitos establecidos por el RITE.

Mantenimiento para lograr la eficiencia energética

El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) establece las diferentes exigencias normativas que debe cumplir una instalación térmica o de ACS de gas, tanto para garantizar su seguridad como su eficiencia energética. Uno de los más importantes es su mantenimiento, que es obligatorio tanto en el uso individual como en el colectivo.

Siguiendo la normativa del RITE, las calderas murales a gas individuales tienen que someterse a operaciones de mantenimiento cada dos años, mientras que en el caso de las comunitarias es necesario que se firme un contrato con una empresa autorizada, en el que se establecerán las operaciones que deberán llevarse a cabo a lo largo de diferentes visitas.

Contar para estas revisiones con una empresa mantenedora-instaladora de gestión energética es una buena manera de ahorrar gas, ya que sus  profesionales están especializados en garantizar el funcionamiento seguro de la instalación trabajando también para lograr optimizar el uso del combustible. De esta manera, se reduce el consumo energético.

Productos para asegurar la eficiencia de las instalaciones a gas

No todos los sistemas de producción y distribución del calor ofrecen los mismos resultados a la hora de garantizar la calefacción y el agua sanitaria de una casa con el mínimo consumo. Sacar el máximo partido de nuestra instalación a gas pasa por contar también con los productos más adecuados para asegurar su eficiencia energética.

Las calderas de condensación son un elemento importante para el ahorro de gas, que puede llegar hasta un 30% frente a los modelos convencionales. Esencialmente, esto se produce gracias a que son capaces de aprovechar en su interior el propio calor generado.

Esto hace que su rendimiento pueda llegar a ser de hasta un 110% y se posicionen como las más eficientes del mercado. Además, y aunque no se relacione directamente con el ahorro en el consumo, merece la pena destacar que esta menor necesidad energética para los sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria implica que las emisiones de CO2 se reducen de manera considerable en las calderas de condensación.

-Te puede interesar: Tipos de instalaciones de gas-

Las calderas de condensación pueden funcionar con radiadores o con suelo radiante, pero si se desea ahorrar energía se recomienda la instalación de este último.

Los suelos radiantes funcionan a menor temperatura que los radiadores y distribuyen la calefacción de la manera más eficiente que existe, permitiendo optimizar el calor generado por la caldera de condensación a gas.  Su alto grado de eficiencia energética se basa en el hecho de que no tienen que calentar todo el volumen de aire de una habitación. Si a esto se le suma que no necesitan llegar a temperaturas tan altas como los radiadores para conseguir climatizar un espacio, entendemos por qué son considerados el sistema de distribución perfecto para las instalaciones de gas con un alto nivel de eficiencia

Por otro lado, las instalaciones comunitarias de producción de ACS y Calefacción modernas y bien mantenidas pueden dar un rendimiento muy superior a instalaciones individuales en viviendas, en las instalaciones centralizadas de calderas se obtiene un mayor rendimiento (la caldera trabaja en modo continuo) y además es más sencillo el ahorro energético con renovables.

Consejos para ahorrar gas

Por supuesto, como usuarios también podemos contribuir a reducir el gasto energético de nuestra instalación de gas. Seguir unos consejos básicos nos ayudará a reducir la factura.

Uno de los más importantes es tener cuidado a la hora de regular la temperatura de la calefacción, ya que cada grado por encima de los 21ºC nos va a suponer un aumento del gasto de aproximadamente un 8%. También debemos ser cuidadosos en no dejarla encendida cuando estamos fuera del hogar. Los termostatos programables son una buena herramienta para controlar el uso energético adecuado de la calefacción.

Igualmente, en la cocina el uso de los aparatos de cocción a gas más adecuados para cada preparación puede ayudarnos a ahorrar en el suministro.

La implantación por comodidad de las vitrocerámicas eléctricas produce grandes consumos eléctricos que pueden ser eliminados con el cambio de la encimera a gas.

Contar con la instalación más adecuada para este combustible, realizar las revisiones necesarias y aplicar unos sencillos consejos son los requisitos básicos para lograr la eficiencia energética de una instalación de gas.