Calefacción
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¿Aerotermia o caldera de condensación? A la hora de elegir la mejor opción para un sistema que proporcione calefacción, agua caliente y refrigeración a un edificio hay que tener en cuenta diversos factores. Uno de los más importantes es la eficiencia energética, es decir, que el sistema elegido sea capaz de ofrecer el mayor rendimiento posible empleando la mínima energía necesaria. En consecuencia, es indispensable que conozcamos sus características técnicas antes de optar por instalar la aerotermia o la caldera de condensación.
¿Qué vamos a ver en este post?
La aerotermia es un sistema eléctrico, que se basa en un fluido refrigerante que se mueve por un circuito. Una bomba de calor aumenta su temperatura para que sea capaz de calentar o refrigerar la vivienda, aprovechando el calor exterior o extrayendo la energía térmica del interior.
Los pasos principales del funcionamiento de un sistema de una caldera de aerotermia son:
Una de las características de este sistema, que nos puede ayudar a decidir entre la aerotermia o la caldera de condensación, es su alto rendimiento. Las bombas de calor tienen una eficiencia energética muy elevada, ya que por cada kWh consumido pueden producir entre 2 y 6 kWh de calor.
Asimismo, hay que destacar que es un sistema respetuoso con el medio ambiente, que aprovecha la energía del aire y no usa ningún sistema fósil para crear energía.
Se trata de un tipo de caldera a gas que ofrece una gran eficiencia energética al aprovechar el calor latente de la combustión producida en su interior.
Enfría los humos procedentes de la combustión para liberar energía en forma de calor, que se aprovecha para calentar el agua del circuito. De esta manera, consigue ahorrar gas y, además, desprende residuos menos contaminantes que las calderas convencionales.
Esta solución de calefacción y agua caliente para viviendas necesita de aire suficiente y con un buen nivel de modulación de potencia para su correcto funcionamiento. Esto se consigue con ventiladores a diferentes velocidades.
Asimismo, hay que tener en cuenta que los humos de una caldera de condensación se componen de elementos como CO2 o restos de carbono no quemado. Salen a temperaturas entre 30-100° C con la presión suficiente para superar el conducto. Por esta razón, este debe estar formado de materiales que puedan resistir la acción de los condensados.
Al pensar en la aerotermia o la caldera de condensación para una instalación de A.C.S, es necesario valorar factores como las necesidades de agua caliente de los usuarios en períodos punta, ya sea en diferentes tipos de viviendas como en servicios como hoteles o gimnasios.
En este sentido, la tendencia principal en las viviendas de nueva construcción es la instalación de una caldera de aerotermia, que con un mismo equipo ofrece una solución de climatización y de agua caliente sanitaria. Entre las razones para ello, destacan su instalación sencilla, la posibilidad de trabajar de manera híbrida con sistemas renovables de energía, la eficiencia energética y su facilidad para cumplir con los indicadores de consumo de energía primaria no renovable del futuro CTE HE 0 para la mayoría de las zonas climática
En cambio, en la renovación de viviendas la calefacción de aerotermia ya entra en competencia directa con la caldera de condensación. En muchas ocasiones, resulta más eficaz sustituir las calderas tradicionales de gas por estas, mejorando las prestaciones y la eficiencia energética sin tener que hacer grandes obras.
Finalmente, las tendencias para A.C.S en instalaciones del sector servicios, en las que las exigencias de los clientes son más elevadas, se centran en la caldera de aerotermia. De todos modos, en puntas de consumo muy elevadas es necesario recurrir a tecnologías muy específicas que permitan la eficiencia energética trabajando a alta temperatura, y siempre con el apoyo de sistemas de acumulación de energía a gran escala.
Uno de los elementos básicos para diferenciar entre los sistemas de aerotermia o la caldera de condensación es que el primero incluye también el servicio de refrigeración, algo no posible en los sistemas a gas.
Igualmente, hay que tener en cuenta que la bomba de calor de la aerotermia ofrece entre un 200 y 600% de rendimiento. Es decir, hasta 6 veces más que el sistema a gas.
Asimismo, es necesario resaltar el uso del aire en la calefacción de aerotermia, lo que evita el consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, las emisiones atmosféricas dañinas.
Tampoco podemos olvidar que el sistema de aerotermia permite el uso de fancoils, un intercambiador de calor de diseño muy compacto que puede ayudar a calentar a refrescar o calentar el ambiente.
De todos modos, al elegir entre la aerotermia o la caldera de condensación debemos tener presente que la aprobación del nuevo CTE y del documento básico de Ahorro de Energía hace indispensable que tanto las nuevas construcciones como las futuras renovaciones se diseñen teniendo en cuenta todos los factores de cada edificio que permitan asegurar su eficiencia energética.
En definitiva, la decisión entre aerotermia o la caldera de condensación siempre pasará por priorizar la eficiencia energética del sistema, teniendo presentes factores como el uso que se le va a dar, el tipo de vivienda en el que se instalará y sus necesidades.
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