Calefacción / Fontanería
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La sostenibilidad y la ecología son dos valores cada vez más demandados a la hora de buscar soluciones energéticas para el hogar o el espacio de trabajo. Por esta razón, la caldera de biomasa es una de las opciones de calefacción más valoradas en los últimos años. Descubrir en qué consiste y los pros y contras de su funcionamiento es esencial a la hora de valorar su posible instalación.
¿Qué vamos a ver en este post?
Este tipo de calderas funcionan, de manera similar a las tradicionales, generan calor a través de un proceso de combustión, que se transmite hasta un intercambiador primario.
Estas calderas se diferencian de los modelos habituales por el combustible que usan para llevar a cabo la combustión: la biomasa. Se trata de un biocombustible de origen natural que pretende aprovechar los recursos naturales para crear energía calorífica.
Al instalar las calderas de biomasa, es necesario conocer las piezas que la componen:
Existen diversos tipos de combustibles aptos para el funcionamiento de una caldera de biomasa. Todos tienen en común su origen natural e, incluso, en algunos casos se usan residuos que se generan en una zona próxima a la instalación, como las cáscaras de almendra. Los más habituales son:
Estos biocombustibles también se emplean en las estufas de biomasa, que son ideales para calentar estancias o casas pequeñas gracias al aire caliente que emiten por el frontal. La diferencia entre una caldera y una estufa es que la caldera emplea agua para llevar calor a los emisores y que la estufa calienta directamente el aire.
Antes de adquirir una caldera que funcione con biomasa, debemos tener en cuenta los distintos tipos existentes, según su tecnología y combustible para poder elegir la que encaja mejor en las necesidades de cada espacio.
Según su tecnología, podemos distinguir entre calderas:
Están diseñadas para su uso con un combustible ecológico concreto y tienen un rendimiento del 92%. Disponen de sistemas automatizados de alimentación, limpieza y extracción de cenizas.
Tienen un rendimiento de hasta un 85%, y han sido modificadas para adaptarse al uso de un biocombustible. Su grado de automatización depende de las modificaciones que se les haya hecho.
Son las que tienen un rendimiento superior, que puede llegar al 103%. destacan por su pequeño tamaño y total automatización.
Son las calderas que pueden usar de forma alternativa dos tipos de combustible, que se alimenta de forma automática.
Por otra parte, según el tipo de combustible podemos distinguir entre una caldera o una estufa de biomasa:
Los pellets levantan ciertas discrepancias entre algunos sectores especializados en energías renovables. Aunque es un tipo de biomasa, se fabrica a partir de la manipulación del serrín. Esto implica un consumo de energía extra, que no se produce en la biomasa estricta, como en en el caso de la leña.
Al instalar una caldera de biomasa podremos disfrutar de un gran número de ventajas. Entre ellas, destacan:
Asimismo, también es necesario tener en cuenta las desventajas que puede representar el uso de una caldera de biomasa:
El proceso de instalación de una caldera de biomasa se diferencia, esencialmente, del de los modelos tradicionales por la necesidad de contar con más espacio para su instalación. Además, es importante disponer de un silo para poder establecer un sistema de alimentación automática, que resulta muy cómodo para el usuario.
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Igualmente, en la instalación de este tipo de calderas alimentadas con biocombustibles es indispensable contar con los siguientes elementos específicos que forman parte del equipo mecánico:
Todos estos elementos logran que la instalación de una caldera de biomasa pueda ser lo más eficiente y segura posible a la hora de generar el calor necesario para garantizar la calefacción.