Calefacción / Fontanería
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Un sistema de calefacción o de climatización puede perder energía durante su proceso de funcionamiento, especialmente a través de sus tubos. Esto representa un importante coste económico, además de afectar al medio ambiente y, por lo tanto, a nuestra salud. Aislar las tuberías de la instalación es un paso indispensable para evitar estos problemas.
No podemos olvidar que la energía es demasiado valiosa como para desperdiciarla sin que resulte realmente efectiva en nuestro día a día. En este sentido, aplicar los distintos tipos de aislamiento existentes es un paso fundamental para su optimización.
¿Qué vamos a ver en este post?
Las tuberías que tienen un buen aislamiento térmico tienen un mayor grado de eficiencia energética y reducen su consumo, tanto en las obras nuevas como en las rehabilitaciones y mejoras de edificios.
Las pérdidas de energía en tuberías sin aislar son muy importantes, sobre todo a medida que su diámetro es mayor. Esto representa también un coste económico muy considerable, que puede llegar a incrementar la factura del usuario de manera ostensible.
Aislar tuberías evita esta pérdida energética en el proceso de funcionamiento del sistema de calefacción o refrigeración. De hecho, supone un ahorro que puede llegar a un 20% en tuberías que no discurren por el exterior respecto a otros sistemas. Esto hace que el período de amortización del proceso de instalación del material aislante pueda llegar a ser de, como máximo, un año. Sin duda, un período de tiempo muy corto que resulta muy beneficioso para el retorno de la inversión realizada.
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Por supuesto, no podemos olvidar los beneficios para el medio ambiente que ofrece el hecho de aislar las tuberías de cualquier instalación energética. Con este procedimiento, se evita la pérdida de energía y se ayuda a reducir las emisiones de gases. Por lo tanto, se favorece el control de la contaminación.
Otro factor a tener en cuenta para decidirnos por el aislamiento térmico de las tuberías es que los materiales que se usan para ello ayudan a reducir los ruidos propios de una instalación de manera muy considerable. Por lo tanto, los usuarios del sistema de calefacción o climatización también ganarán en confortabilidad.
En el mercado, existen numerosas soluciones para realizar el aislamiento de las tuberías empleadas en las diferentes instalaciones térmicas. Conocer sus principales características es indispensable para elegir la adecuada a la hora de lograr la mayor eficiencia posible.
Este material también se usa para aislar tuberías y evitar pérdidas de calor, pero hay que destacar que tiene una conductividad térmica más elevada que el resto. Por lo tanto, su capacidad de aislamiento es menor. Esto también hace que resulte más económico.
Se trata de uno de los materiales de aislamiento más comunes. Se realiza con caucho sintético y tiene una estructura celular cerrada. Se comercializa en forma de coquillas para aislar tuberías, mientras que si se busca hacer un aislamiento térmico de conductos, se puede encontrar en forma de planchas. Entre sus ventajas, merece la pena destacar:
Este material es pirorretardante y fonoabsorbente (menos ruido en las tuberías). Es fácil de aplicar porque es flexible y se suministra con un corte a lo largo de toda su longitud para facilitar su inserción sobre la tubería:
Además, hay que tener en cuenta que en el mercado se encuentran espumas elastoméricas con características específicas para cada tipo de aislamiento que se quiera realizar.
Instalación de la coquilla sobre la tubería |
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Para aislar una abrazadera suspendida se corta primero el segmento de coquilla a instar para posteriormente hacer un corte perpendicular a la generatriz del tubo por la que pasará la varilla, se puede emplear cola o cinta para unir los extremos |
Primero, aplica el aislante en los codos, racores en T y ramificaciones de las tuberías. En los racores en T, haz un corte de 90º en forma de cuña en la sección principal del tubo. Debe llegar hasta la mitad del tubo. En el tuyo que vayas a unir, corta el extremo en dos ángulos de 45º. Inserta el extremo en punta en el corte a 90º del tubo principal. Debe quedar todo perfectamente unido para, después, envolver con aislante el racor en T y sellar la unión. |
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Coge la ingletadora y corta dos extremos de tubo aislante a 45º. Colócalos sobre la tubería de forma que se unan con el codo en ángulo de 90º y presiona para unir los dos extremos. Envuelve el codo con aislante para sellar la unión. |
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Coloca el tubo aislante en la ingletadora con la abertura hacia arriba. Corta dos trozos, uno cerca de otro, con ángulo de 30º. Coloca el tubo aislante con las aberturas en dirección a la curva de la tubería y sella las uniones con cinta aislante. | |
Corta un trozo de tubo aislante con la misma longitud que hay hasta la abrazadera de la pared. Coloca el tubo alrededor de la tubería y continua con otra pieza de tubo aislante. Presiona los dos extremos de tubo aislante y fíjalos con cinta aislante. |
El mercado se dispone de este material con distintas formas, “macarrón” para el aislamiento de tuberías, como hemos visto; en láminas o en cintas, más empleado para aislar superficies grandes como depósitos o conductos.
La lana mineral de roca se usa de manera habitual para aislar tuberías, tanto a nivel doméstico como industrial. Su principal ventaja es que tiene una conductividad térmica muy baja, por lo que resulta muy eficiente para el aislamiento de los elementos en instalaciones de frío y calor.
Si se opta por este material para el aislamiento, hay que tener presente que se puede encontrar en el mercado como coquilla desnuda o con recubrimiento de papel de aluminio como barrera de vapor.
Se emplea principalmente para el aislamiento de las edificaciones y los conductos de aire acondicionado.
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La elección del aislante térmico de tuberías correcto para cada caso se realiza teniendo en cuenta los siguientes factores técnicos del material:
Todos estos datos deben ser especificados en la ficha técnica del fabricante de cada material, para garantizar su correcta elección en cada caso.
El RITE es un reglamento de aplicación obligatoria para todos los edificios de nueva construcción, o aquellos que se rehabiliten y tengan modificaciones de las instalaciones iniciales. Entre todas sus especificaciones técnicas, establece qué requisitos deben cumplir las instalaciones energéticas de un edificio en cuanto a eficiencia y seguridad. Entre estos, destaca la correcta distribución del calor y el frío gracias a un adecuado aislamiento térmico de las conducciones.
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Este reglamento recoge diversos puntos básicos acerca de cómo debe ser la conductividad térmica en tuberías, equipos, accesorios y conductos. Destacamos los dos conceptos más importantes en este sentido:
Espesores mínimos para tuberías (RITE 2021) | ||
Diámetro exterior (mm) |
Aislamiento de tuberías para ACS | |
Interior | Exterior | |
D?35 | 30 | 40 |
35<D?60 | 35 | 45 |
60<D?90 | 35 | 45 |
90<D?140 | 45 | 55 |
140<D | 45 | 55» |
El RITE obliga a aislar tanto las tuberías como las válvulas. Para ello, en Arco disponemos de mandos que facilitan la instalación de la coquilla de espuma elastomérica, dejando libre el mando para su accionamiento.
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En definitiva, los distintos tipos de aislamiento que se aplican en las instalaciones de un edificio se basan en los requisitos y sistemas especificados en el RITE.
Aislar las tuberías de cualquier hogar o lugar de trabajo es la mejor opción para asegurar que no se tendrán pérdidas de energía importantes, que afecten tanto a su coste económico como al confort de las personas que habitan el espacio.