Calefacción
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El equilibrado hidráulico de los radiadores es un factor a tener en cuenta a la hora de mejorar la eficiencia energética de un sistema de calefacción. Conocer en qué consiste y las claves de su funcionamiento te ayudará a entender su importancia.
En un circuito de calefacción por radiadores decimos que está equilibrado cuando entra en los emisores la cantidad de caudal adecuada para su funcionamiento.
Si entra demasiado caudal en un radiador, este está emitiendo más calor del necesario, por el contrario, si no entra suficiente caudal no se alcanza la temperatura deseada.
El equilibrado hidráulico en sistemas de calefacción ofrece numerosas ventajas a los usuarios. Sin duda, la más importante es que permite que los radiadores puedan ofrecer una temperatura de confort en cada espacio, a la vez que ofrecen una buena eficiencia energética por un coste ajustado.
En definitiva, el equilibrado hidráulico permite el control ideal del caudal que llega a los radiadores para lograr la optimización del sistema sin generar ruidos en las válvulas. Esto se traduce en la posibilidad de disfrutar temperaturas en ambiente idóneas con el mayor ahorro energético posible.
Normalmente el equilibrado hidráulico de una instalación doméstica de calefacción es un equilibrado hidráulico estático, se ajustan de manera fija los caudales para unos puntos de consigna de funcionamiento. En instalaciones más complejas se puede hacer un equilibrado dinámico, que ajuste en tiempo real el caudal a la demanda.
Esto resulta especialmente útil cuando se cierra uno de los elementos del circuito o, incluso, una parte del circuito. Estos sistemas suelen ir equipados con reguladores de presión diferencial o válvulas de equilibrado dinámico. Otra medida muy sencilla que favorece el equilibrado de los sistemas de los circuitos de calefacción es el retorno invertido. Como se aprecia en el esquema, el primer radiador en el que entra el fluido proveniente de la caldera es el último en incorporarse al circuito de retorno.
El equilibrado térmico debe tenerse en cuenta desde el momento en que se diseña la instalación, porque corregir un desequilibrio a posteriori puede ser muy caro y complicado, sobre todo en las instalaciones grandes que cuentan con un caudal elevado.
(Es muy importante la selección de la bomba y diámetro de la tubería adecuados).
Las instalaciones colectivas tienen un mantenimiento más fácil – y, por lo tanto, más económico -, son más eficientes y la implantación de energías renovables resulta mucho más sencilla.
Muchas comunidades de vecinos con caldera comunitaria han optado por la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores para que cada piso pueda seleccionar la temperatura de confort en sus habitaciones. Esto representa una alteración en el funcionamiento.
Hay que tener en cuenta que las instalaciones no individualizadas (como por ejemplo las instalaciones de calefacción en edificios de viviendas) las bombas funcionan con un caudal constante. Al instalar válvulas termostáticas el caudal que pasa por los radiadores no es constante. Por lo tanto, para que funcionen adecuadamente es necesario hacer un equilibrado hidráulico. Esto implica que se deberá hacer en caso necesario un rediseño de la instalación hidráulica para que todo el sistema empiece a trabajar a caudal variable.
En definitiva, el equilibrado hidráulico de los radiadores de un sistema de calefacción es la mejor opción para lograr la eficiencia energética, con una buena temperatura de confort y el mínimo gasto posible.